Llevo mucho, pero que muuuucho tiempo queriendo hacer esta receta de focaccia, desde que la ví en una revista. Pero entre unas cosas y otras no había podido ser… Luego, sinceramente, la receta pasó al olvido. Pero hace cosa de 3 semanas, viajé a Roma a pasar unos días de descanso y, vamos… fué probar allí la focaccia (buenísima, por cierto) y pensar «o sí, o SÍ, cuando vuelva a casa tengo que preparar una». Y, bueno, no fué una cosa inmediata… pero he cumplido 😉
¿El resultado? ESPECTACULAR!! Me gustó muchísimo. Quedó como a mí me gustan: crujientes por fuera y esponjosas por dentro. Es más, pensé que al día siguiente no valdría nada y no fué así. Lo que hice fué volver a calentarla unos 3-4 minutillos al horno y quedó como recién hecha.
Hoy volvemos con otra receta de esas de tardes de cine y fútbol…
En cuestión de ropa, seguro que muchos de vosotr@s habréis oído hablar del famoso “fondo de armario“. Prendas de ropa que dicen nunca pueden faltar en un armario porque las gastas mucho y año tras año nunca pasan de moda, como bien pueden ser pues unos vaqueros, una chaqueta negra o las camisetas básicas de distintos colores. Pues en la cocina pasa igual, hay productos o ingredientes que nunca pueden faltar en una despensa o frigorífico, los gastas mucho y siempre puedes tirar mano de ellos en caso de “apuro”. Está claro que, dependiendo del tipo de alimentación que tenga cada uno, esos productos básicos serán unos u otros. Yo os voy a decir uno de mis productos básicos: tomates cherry al horno.
Minut@s de cocina 