Llevo mucho, pero que muuuucho tiempo queriendo hacer esta receta de focaccia, desde que la ví en una revista. Pero entre unas cosas y otras no había podido ser… Luego, sinceramente, la receta pasó al olvido. Pero hace cosa de 3 semanas, viajé a Roma a pasar unos días de descanso y, vamos… fué probar allí la focaccia (buenísima, por cierto) y pensar «o sí, o SÍ, cuando vuelva a casa tengo que preparar una». Y, bueno, no fué una cosa inmediata… pero he cumplido 😉
¿El resultado? ESPECTACULAR!! Me gustó muchísimo. Quedó como a mí me gustan: crujientes por fuera y esponjosas por dentro. Es más, pensé que al día siguiente no valdría nada y no fué así. Lo que hice fué volver a calentarla unos 3-4 minutillos al horno y quedó como recién hecha.